Fundamentación:

Este proyecto surge a partir del interés personal de reflexionar sobre la representación de la diversidad en torno a las corporalidades gordas. Estos intereses se vinculan con poner en discusión y politizar nuestras diferencias, así como gestar la autonomía de las representaciones de lxs cuerpxs. Desde el  deseo de generar estrategias que posibiliten problematizar el sistema jerárquico  que construye imaginarios visuales patologizantes sobre las diferencias de lxs  cuerpxs. En este marco es que se plantean una serie de interrogantes que dan  inicio a este proyecto: ¿Qué procedimientos y estrategias artísticas se pueden  proponer para visibilizar otras  corporalidades? ¿Cómo se pueden articular imagen y palabra en el tatuaje? ¿Qué  circulaciones son posibles para estas producciones?

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Considerando que lxs cuerpxs gordxs pueden pensarse como categorías construidas históricamente es que entendemos que resultan significativos los  aportes de la militancia de las corporalidades que se levanta para visibilizarnos  y exponernos frente a un sistema mundial que pareciera regirse por el mercado  de la dieta. Para indagar en estas ideas se recuperan los aportes teóricos  desarrollados en el libro “Cuerpos sin patrones” (2018), de lxs autores Laura  Contreras y Nicolás Cuello que forman parte del activismo gordx. En dicho libro  se aborda la cuestión de la gordofobia, y allí se afirma que no se trata únicamente  de una vivencia traumática relacionada con las biografías personales, sino que  es parte de una trama compleja y situada en una:

               (...) matriz de opresión que involucra una multiplicidad de aparatos de  control biopolíticos que tienen por objetivo la eliminación material de las  corporalidades gordas, ya que son entendidas como una enfermedad de  escala global que pone en riesgo o empeora la calidad de vida de la  población, deformando el propio límite del cuerpo a causa de un consumo  excesivo de alimentos. (p. 38-39)

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A su vez agregan que:

                Estos mecanismos de control y producción normada de los cuerpos  logran hacerse efectivos mediante el despliegue permanente de violencia  psicológica y emocional, vueltas carnes por una trama de tecnologías  semiótico-políticas que invaden, torturan y hostigan de manera incesante  nuestras subjetividades, afectando nuestros modos de vida. La gordofobia  actúa materialmente en el ordenamiento de los sistemas socio-culturales  de cada región y punto del mundo a través de situaciones que involucran  exclusión social, estigmatización sexual, desvalorización afectiva,  injusticia económica y laboral, cuadros de estrés y ansiedad social, fuertes  depresiones a causa del aislamiento, el despojo y la vergüenza que  produce la criminalización, la estigmatización y patologización en la  opinión pública de nuestros cuerpos, a lo que debemos sumar la violencia  física, verbal y psicológica dispuestas como herramientas de orden  público para la corrección de la desobediencia que suponen nuestras  gorduras. (p. 38-39)

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A partir de estos aportes teóricos que problematizan la cuestión de las  corporalidades gordas y lo que ello implica socialmente es que este proyecto  pretende retomar el el tatuaje como dispositivo de circulación.